Ayer fue beatificado el papa Juan Pablo II. Se podrían decir muchísimas cosas acerca del extraordinario pontífice ahora elevado al honor de los altares; no obstante, en el marco de la temática de este Blog, me limitaré a dedicar esta entrada a las armas del Pontífice, pero en relación con nuestro país, con el cual Juan Pablo II tuvo una especialísima relación.
-A pocas semanas de su elección, en diciembre de 1978, ofreció su mediación entre la Argentina y Chile, que estaban a punto de entablar una guerra; de ese modo evitó el conflicto bélico y el derramamiento de sangre en ambos países hermanos. El enviado papal en esas difíciles circunstancias fue el recordado cardenal Antonio Samoré, de cuyas armas ya nos ocupamos en otra ocasión.
-En 1982, Juan Pablo II tenía previsto un viaje a Gran Bretaña para fines de mayo. Precisamente unos días antes estalló la guerra con nuestro país por las Islas Malvinas. En esas circunstancias, antes de viajar al Reino Unido, el Papa envió una carta autógrafa a los argentinos -fechada precisamente el 25 de mayo-, y en junio hizo un viaje relámpago a nuestro país. Al llegar, visitó el Santuario de Luján para orar por la paz ante la Patrona de la República. Las dos fotos que siguen muestran el altar levantado frente a la Basílica Nacional, sobre el cual se destaca el escudo papal, hecho con flores:
-Parte del trayecto a Luján lo hizo el Papa en tren. Un boleto de la Línea Sarmiento de Ferrocarriles Argentinos, emitido ad hoc, muestra la tiara y las llaves pontificias, así como los colores de la bandera papal:
-En recuerdo de aquella primera visita se colocó una placa en el frente de la Basílica Nacional, adornada también con el escudo papal. Dos fotos de ese recordatorio:
-Juan Pablo II fue, por tanto, el primer pontífice en pisar suelo argentino. Antes que él, los futuros papas Pío IX y Pío XII habían estado en la Argentina, el primero siendo un simple sacerdote y el segundo como Cardenal Secretario de Estado y Legado a latere al Congreso Eucarístico Internacional de 1934. Ambos visitaron Luján, y se ha hecho notar que mientras el primero proclamó más tarde el dogma de la Inmaculada Concepción (1854), el segundo hizo lo propio con el dogma de la Asunción (1950). Las armas de ambos papas -sin ornamentos exteriores- se muestran a continuación:
-Juan Pablo II visitó por segunda vez la Argentina en 1987. Su visita pastoral abarcó varias ciudades de nuestro país. El último día de su estadía celebró en Buenos Aires (por primera vez fuera de Roma) la Jornada Mundial de la Juventud. Ese mismo día (12 de abril de 1987) tuvo lugar el encuentro del Papa con "el mundo de la cultura". De esa ocasión conservo un recuerdo "familiar" que a su vez guarda cierta relación con la Heráldica. La foto que se ve abajo corresponde a la visita del Beato Juan Pablo II al Teatro Colón para dicho encuentro con hombres y mujeres de la cultura. Pueden verse las armas papales al fondo del escenario y en el estrado desde el que el Papa dirigió la palabra a los presentes. El Coro del Teatro Colón, con acompañamiento de órgano, cantaba en homenaje al Pontífice. Sentado al teclado, el maestro Armando Fernández Arroyo, organista del Teatro Colón, mi padrino de Bautismo, recientemente fallecido; él me regaló esta foto en 1987.
Como si se tratata de una señal de la Providencia a los argentinos, el papa que vino a nuestra Patria para orar por la paz y por las víctimas durante la Guerra del Atlántico Sur, murió el 2 de abril de 2005 -aniversario de la recuperación de las islas- y fue beatificado el 1° de mayo de 2011 -aniversario del día en que se inició la contienda bélica-. Quizás no esté fuera de lugar invocar al nuevo Beato como Patrono de la paz en la Argentina.
Vale la pena transcribir aquí las inolvidables palabras dirigidas a los jóvenes al final de su homilía en Palermo, al pie del Monumento de los Españoles, el 12 de junio de 1982: "...antes de terminar este encuentro de fe, no puedo menos de dirigir una palabra especial a los jóvenes argentinos. Queridos amigos: Ustedes han estado constantemente en mi ánimo durante estos días. He apreciado de manera particular su acogida y actitud. He visto en sus ojos la ardiente imploración de paz que brota de su espíritu. Únanse también a los jóvenes de Gran Bretaña, que en los pasados días han aplaudido y sido igualmente sensibles a toda invocación de paz y concordia. A este propósito, muy gustoso les transmito un encargo recibido. Ya que ellos mismos me pidieron (...) que hiciera llegar a ustedes un sentido deseo de paz. No dejen que el odio marchite las energías generosas y la capacidad de entendimiento que todos llevan dentro. Hagan con sus manos unidas (...) una cadena de unión más fuerte que las cadenas de la guerra. Así serán jóvenes y preparadores de un futuro mejor; así serán cristianos. Y que desde este lugar, donde con el himno del gran Congreso Eucarístico suplicasteis al Dios de los corazones que enseñara su amor a las naciones, se irradie también ahora, a cada corazón argentino y a toda la sociedad, el amor, el respeto a cada persona, la comprensión y la paz. Así sea".
El Escudo nacional y el escudo de Juan Pablo II en el avión que lo trasladó a Mendoza, en la visita de 1987 |
La beatificación del primer papa en pisar nuestro suelo nos llena de alegría, porque los argentinos, como queda dicho, tenemos especiales motivos de gratitud hacia él. Beato Juan Pablo II, ruega por nosotros.
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