viernes, 30 de julio de 2010

Escudo de monseñor Marcolino Benavente



En el nártex de la Basílica del Santísimo Rosario, en Belgrano y Defensa, hay un monumento en homenaje al obispo dominico fray Marcolino del Carmelo Benavente, que fue diocesano de Cuyo desde 1899 hasta su muerte en 1910. Fue un brillante orador y un pastor piadoso,  muy querido por su pueblo, que lo llamaba simplemente "Fray Marcolino". El monumento fue erigido por suscripción popular no mucho después de la muerte del obispo.





Al pie del monumento aparecen las armas del Obispo:


En el primer cuartel aparecen lo que indudablemente son las armas de la ciudad de Buenos Aires, donde fray Marcolino fue ordenado obispo por el  entonces Arzobispo de la Capital, monseñor Castellanos; en el segundo,  el escudo de la provincia de San Juan  (los brazos vestidos nos dan la pista de que no es el Escudo Nacional, en que aparecen desnudos);
Escudo de la Provincia de San Juan

en el tercer cuartel dos cornucopias entrelazadas, y  en el cuarto una cordillera y un sol.

Las dos cornucopias aparecían en aquel entonces en el escudo de Mendoza empleado desde 1864: "dos cuernos cruzados con las cavidades hacia arriba llenos de frutas y flores". La provincia pertenecía en ese momento a la diócesis de San Juan de Cuyo. Actualmente el escudo mendocino muestra una sola cornucopia.


Escudo de la Provincia de Mendoza


El simbolismo del cuarto cuartel es obvio dada la geografía de la diócesis.




La estrella del centro exhibe el perro con la antorcha en su boca y un globo a sus pies, emblema típico de la orden dominicana. Por un lado, la palabra "Dominico" se hace derivar de  "Domini Canis" (perros del Señor, en latín), y por otro el símbolo hace referencia a un sueño que  Juana de Aza, madre del santo, tuvo estando embarazada: soñó que daba a luz un cachorro que portaba una antorcha encendida en su boca y tenía un globo (el mundo) a sus pies. Santo Domingo de Silos interpretó que anunciaba la luz que el niño daría al mundo con su predicación. Según la leyenda, la madre, agradecida,  decidió ponerle a su futuro hijo el nombre del santo que le profetizó tan alto destino.

Escudo de la Orden de Predicadores
en el piso del nártex de la Basílica del  Santísimo Rosario

El escudo ostenta dos lemas: por encima del campo aparece "Veritas", lema de la Orden de Predicadores (como puede verse en el escudo que aparece sobre estas líneas). Por debajo, "Caritas urget nos", "El amor [de Cristo] nos urge", tomado de 2 Corintios 5, 14. Timbrado con capelo episcopal.  En la mitra y en el báculo aparecn imágenes marianas.

El monumento encierra otros escudos, a los que nos referiremos en una próxima entrada. Asimismo, nos dedicaremos al escudo de la Orden, exhibido, como queda dicho, en el piso del nártex de la Basílica.

2 comentarios:

  1. hermoso monumento, pero ¿por qué no lo habrán enterrado en San Juan?

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  2. Está enterrado en San Juan desde octubre de 1910...

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