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martes, 25 de agosto de 2015

Escudos en la Catedral de Bariloche (2 de 2)

Ayer nos referimos en general a escudos presentes en los vitrales de la Catedral de San Carlos de Bariloche, consagrada  a Nuestra Señora del Nahuel Huapi.





El vitral que podríamos denominar principal, por estar ubicado exactamente en el ábside, sobre la cruz principal del templo y a espaldas del altar mayor, está dedicado a la Titular del templo catedralicio.



Colorido y bello, el vitral nos presenta dos escudos: el nacional al pie de la imagen, y otro en la parte superior.

El escudo argentino no tiene sol, aunque un dibujo en el vestido de la Virgen parece proporcionarle el sol que le falta.

Respecto del vitral superior, dado que ignorábamos su significado, dirigimos nuestras dudas, por correo electrónico, al sitio oficial de la Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi. 

Esta fue la atenta respuesta que nos envió Miguel Dorado:
Hemos recibido el informe "heráldico". El informe dice que no se trata de heráldica alguna. Es una creación del autor simplemente en la que simboliza elementos de la Patagonia.
En la parte superior hay un cuero trenzado y cueros que sostienen a boleadoras.  Las cuentitas o bolitas son adornos tehuelches. Se puede apreciar la cruz del sur. El dibujo central se refiere a un pequeño cacique, con una corona también con cuentas de adorno.
El dibujo rojo es una flor de montaña,  la  mutisia.
El arco y las flechas le dan la jerarquía de cazador o guerrero. 
Te reitero se trata de una creación o firma de Enrique Thomas, que realizó los vitrales. Suponemos que le quiso darle un escudo a la Virgen como lo tienen otras.

La explicación, sin embargo, deja subsistir algunas dudas, entre ellas el porqué del "cuero trenzado" y el significado del año (1716) que se lee en el escudo;  el tamaño de la imagen tampoco permite apreciar cabalmente los detalles del blasón.


Mutisia

Una información adicional la provee el mismo sitio de la Catedral barilochense, cuando cuenta la historia de la Virgen del Nahuel Huapi.  A partir de esos datos,  de la "Historia de la Iglesia en la Argentina" de Cayetano Bruno, de la "Historia de la Argentina" de Vicente Sierra, y de otras fuentes, podemos arribar a un par de hipótesis.

Retrocedamos hasta 1608. Ese año,  el jesuita Luis de Valdivia envió a la isla de Chiloé, en Chile, a los padres Melchor Venegas y Juan Bautista Ferrufino, a fundar una misión en esas islas.  De allí partió el primer intento evangelizador en la zona del lago Nahuel Huapi, a cargo de Diego de Rosales en 1650. 

En 1652 llegó a Chiloé el padre Nicolás Mascardi, quien fue el primer rector del Colegio de Castro, capital de Chiloé. Apóstol y explorador incansable, tras conseguir la liberación de un grupo de indígenas,  funda con ellos, en 1670, la Misión de Nahuel Huapi en la costa norte del lago, actual Península Huemul. 

En 1672,  en reconocimiento a la labor misionera del P. Mascardi, el Virrey Lemos, desde el Perú, le envió una bella imagen de la Virgen tallada en cedro, que “él colocó, con la veneración que se puede suponer, en el humilde altar de su capillita” (afirma Furlong en su obra sobre  Mascardi) llamándola Señora de Poyas. Años después, el Padre De la Laguna, añadiría: “y de Puelches” ,   como símbolo de la unión de los dos pueblos originarios del norte y del sur del Nahuel Huapi. 

En  febrero de 1674, Mascardi fue asesinado por indígenas que se oponían a su accionar, y la misión fue abandonada por casi tres décadas. 

En 1702 el jesuita Philliphi van den Meeren (que tomó el nombre castellano de Felipe de la Laguna) recibió el pedido de algunos indígenas cristianos para reconstruir la misión. Viajó al año siguiente, junto con Juan José Guillelmo, y restableció la misión del Nahuel Huapi. En 1704 regresó a Castro en busca de operarios y luego volvió a la misión. Allí fue envenenado en 1707, muriendo en su intento de regresar a Chile.

La misión quedó a cargo de Guillelmo hasta 1713 y de nuevo desde 1715.  Pero mientras, en su ausencia, estaba a  cargo el padre Manuel de Hoyo, la misión fue incendiada por los puelches, enojados por el descubrimiento del paso Vuriloche, debido a que aumentaba el peligro de nuevas expediciones esclavistas.  Guillelmo había explorado ese paso desde 1711, y lo había abierto en 1715. En represalia, Guillelmo fue envenenado y murió el 16 de mayo de 1716.

¿Será por este motivo que el escudo tiene la cifra "1716"?

El siguiente sacerdote enviado allí fue Francisco Elguea, que pocos días después de su llegada,  en noviembre de 1717, fue asesinado por indígenas,  quienes  también destruyeron e incendiaron las construcciones levantadas por los jesuitas.  Sin embargo,  la imagen de la Virgen fue rescatada de las llamas y abandonada a orillas del lago.

Ratificando esto, la crónica del sitio de la Catedral añade:
El 14 de noviembre de 1717 la Misión es destruida por segunda vez. (...) Saquearon completamente la casa y la iglesia sin perdonar cosa alguna, excepto la imagen de María Santísima que sacaron a la orilla de la laguna, y despojándola de sus ricos y vistosos vestidos la dejaron cubierta con un cuero de caballo.
La misión fue abandonada,  pero al año siguiente fue enviado al Nahuel Huapi el padre Arnold Jaspers,  quien halló la imagen intacta, envuelta en cuero de caballo entre las matas a orillas del lago, y se la llevó consigo al colegio de Castro (en Chile) y luego a la isla de Quinchao, inmediata a la de Chiloé.

¿No será este "cuero de caballo", transformado en veste de la Madre de Dios, lo que quiso representar el creador del escudo?  


Sea como fuere, el escudo es bonito y colorido. Los montes y prados representados, el lago que se adivina en la breve faja de plata, la Cruz del Sur y las armas acoladas, todo ello unido al hecho de que la corona del escudo es la misma que ostenta la Virgen,  sintetizan muy bien los esfuerzos evangelizadores en esta región argentina.  Subsisten algunas incógnitas, pero quizás algún lector pueda ofrecer mayor información sobre el escudo del que nos ocupamos hoy.

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